Día 13: Tallinn

Desayunamos en el mismo horno que en el día anterior, y luego paseamos por la calle Pikk (que significa calle larga), donde está la Casa del Gremio de los Cabezas Negras, la de los comerciantes alemanes solteros; su puerta es una preciosidad, no llegamos entrar porque abrían a las 10, y no queríamos entretenernos.


Teníamos una mañana bastante apretadita, así que a las 10 estábamos puntuales en MARGARITA LA GORDA [Paks Margareeta]. Esta torre fue construida para defender la ciudad desde el mar, y también para impresionar a los visitantes que llegaran a través del puerto. La torre tiene un diámetro de 25 metros, una altura de 20 metros y paredes de hasta 5 metros de espesor. Horario: 10 a 18. Precio: 4 €, con Tallin Card gratis.


En la Torre se encuentra el MUSEO MARITIMO [Eesti Meremuuseum], que nos muestra en sus cuatro plantas, la importancia de la vida marítima para el país. Desde su azotea hay buenas vistas del centro histórico.






Luego en 10 minutos llegamos al Sokos Hotel  Viru, donde se encuentra el KGB MUSEUM, reservamos previamente por mail, pero había que ir a comprar los tickets; pasando recepción al fondo, hay un pequeño stand y allí está la guía vendiendo los tickets; vimos que prácticamente todos iban con reserva. Tours con guía en ingles: 11’30 y 14’30. Precio: 7 €.

En enero de 2011 abrió sus puertas este museo. El Hotel Viru, fue un antiguo cuartel general para las operaciones de espionaje de la KGB. En la planta 23, el museo conserva las habitaciones y el equipo que utilizó la KGB para su espionaje. A este hotel llevaban a periodistas y gente que querían espiar, todos los que ponían bajo espionaje eran instalados en la planta segunda.




Nuestra visita fue la de las 11:30 y duró una hora. Te enseñan dos habitaciones, y sales también a la terraza, desde donde se ve la Iglesia de San Olaf, que fue utilizada por la KGB como antena para sus radiotransmisiones; también hay buenas vistas panorámicas de la ciudad.



Tras esta visita, rapidito rapidito que teníamos otra visita concertada, tardamos 10 minutos en llegar desde el Hotel Viru, a la Torre Kiek in de Kök.

En esta Torre están los TÚNELES DEL BASTION [Bastionikäigud], también es una visita guiada en inglés. Aquí se visitan los pasadizos subterráneos del siglo XVII (pertenecen a la época del imperio sueco). También reservamos previamente por mail, y teníamos la visita a las 13 horas. Horario Torre: 10’30 a 18. Precio visita y Torre Kiek in de Kök: 8’30 €, con Tallin Card gratis.

Estos túneles apenas fueron utilizados hasta el siglo XX, cuando llegó la segunda guerra mundial. Luego en el periodo soviético fueron modernizados con electricidad, agua, ventilación y teléfonos. La visita comienza en los años 90 y va retrocediendo en el tiempo, los últimos fueron unos vagabundos, anteriormente los punks, durante la guerra como refugio, etc. Al finalizar esta visita incluye un paseo en tren, donde te van proyectado una peliculita imaginando como será el futuro.



La visita nos gustó bastante, al lado de las taquillas podías dejar las chaquetas en unos percheros, y menos mal que no las dejamos porque en los túneles hacía mucho frío y mucha humedad, luego para la visita de la Torre si los dejamos.

La TORRE KIEK IN DE KÖK, cuyo nombre significa “vistazo a la cocina”, alberga una exposición sobre la historia militar de la ciudad en la edad media. Nos gustó mucho la maqueta de la primera planta, que es el recinto amurallado de la antigua ciudad hecho en el suelo. Desde su cafetería en la última planta se obtienen bonitas vistas de la ciudad vieja, además es una cafetería muy agradable y a precios razonables.


Ambas visitas son totalmente recomendables.

La siguiente visita del día era el Museo de Hidroaviones, y para ello nos hacía falta coger un taxi, ya que está en una zona algo lejana y apartada sin transporte público.

La primera idea fue ir a la parada de taxis frente la Oficina de Turismo, pero la desechamos cuando vimos que la bajada de bandera eran 7’50 €. Así que salimos a la Puerta Viru, ya que habíamos visto que allí había muchos, y pillamos uno de la compañía Takso, que nos costó 5’10 €.

El MUSEO DEL PUERTO DE HIDROAVIONES [Lennusadam, o en inglés Seaplane Harbour]. Está localizado en el antiguo puerto [Kalamaja], en el exterior están anclados diversos barcos que también se pueden visitar. Horario: 10 a 19. Precio: 10 €, con Tallinn Card gratis.

Al comprar la entrada te dan una tarjeta magnética para que puedas entrar y salir del recinto. Al lado de las taquillas hay unos percheros donde puedes dejar las chaquetas y también consignas para bolsos y mochilas, y la verdad es que está muy bien.

Fuimos directos al restaurante, anteriormente habíamos leído que estaba bastante bien. Nos dijeron que teníamos que esperar un poco a que acabaran algunos clientes, así que fuimos a echar un ojo rápido al museo.

Tras un ratillo volvimos al Restaurante MARU, tiene una carta reducida, y sus platos no son abundantes pero está bastante bien. Estas viendo el museo desde la planta superior y al verdad es que no está mal, pedimos tres platos que según nosotros entendimos eran chuletas de cordero o algo así y luego resulto ser más bien como una albóndiga, con un par de postres, y las bebidas nos costó 33 €. No es que sea un gran restaurante, pero si te ves obligado a comer allí está bastante bien.



Este museo inaugurado este año antes del verano, esta en el hangar de los hidroaviones; y es una autentica pasada. Desde la parte superior vas por  pasarelas y lo vas viendo todo desde arriba, y luego desde la parte de abajo tienes otra perspectiva y diferentes cosas interactivas. Un simulador en un avión antiguo, un simulador con una metralleta, un pequeño submarino donde te proyectan una peliculita, unos pequeños barquitos teledirigidos, unos trajes y gorras para que te hagas fotos. Esta todo muy logrado y es muy divertido, todo en un color azul como si estuvieras en el mar. Hay hasta un submarino y puedes entrar dentro. Sin entreteneros mucho echamos allí más de dos horas, se nos pasaba el tiempo volando. Por cierto cada hora, a las y 15 se apagan las luces, y durante un par de minutos proyectan sombras, como si te sobrevolaran aviones con ruido incluido, muy logrado.






Allí hay una máquina que te hace la foto y te la envías por mail, y queda muy lograda.



Salimos fuera y subimos al Rompehielos de vapor Suur Tõll, que es el más grande de Europa construido en 1914, pero como estaba chispeando hicimos la visita rápida y ya nos fuimos.


Al llegar a la parada de taxis no había ninguno, y como quedaba poco para que oscureciera y no teníamos muy claro el camino, comenzamos a andar; pero nada más salir vimos un taxi que llegaba (había algún evento) así que volvimos y pillamos ese. Creo que era de misma compañía que en de la ida, y hasta la Puerta Viru nos costó 4’90 €.

Lo primero fuir ir al supermercado RIMI (muy cerca de la Puerta Viru), a comprar fiambre, pan, y bebidas para cenar. Luego volvimos al hotel a dejar la compra y aprovechamos para pedir en recepción que nos llamaran un taxi para mañana.

Después para despedirnos de la ciudad, y como ya no apetecía pasear ya que llovía, que mejor forma que con una buena cerveza. Fuimos al BEER HOUSE, es una cervecería alemana donde también se pude cenar, muy grande. Nos dimos la sorpresa de que a las 8, se puso a tocar un grupo música tipo bávara; bastante bien el ambientecillo.


Y ya al hotel para hacer maletas, a esas alturas del viaje ya éramos bastante rápidos, ya que con los días íbamos cogiendo habilidad.

Preparamos bocatas para cenar, y tan ricamente cenamos en nuestro salón; la verdad es que fue una buena idea, porque así acabamos pronto de cenar, y porque fuera llovía bastante fuerte.

Después un poco de Internet, y a dormir prontito que mañana había madrugón.

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